“Cuéntame cómo
pasó”
me pedías una y
mil veces
con la voz medio
quebrada
tú siempre
mirabas dentro
yo solía hablar
poco
miraba por la
ventana
escudriñando
pequeñas gotas
posadas en las
hojas de los árboles
esas que se caen
y crujen cuando
las pisan
chapotean en los
charcos
son apartadas con
un rastrillo
son apiladas en
secos montones
como anónimas
caídas
y se ahogan en el
fango,
despedazadas,
bajo las botas de lluvia
yo pensaba ¿qué
será de las gotas
cuando
esas hojas
no
puedan contenerlas?
Me caí
me caí de un
árbol
ya no estuve
sostenida en brazos
de ese roble
inamovible
-dejé de estar más cerca del cielo que del suelo-
como una hoja descolorida
seca
me caí
no podía respirar
me sumí en el
fango
me arrastraron
me barrieron del
camino
me quebré como tu
voz
cuando una bota
oscura
me pisoteó
una y mil veces
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