martes, 2 de abril de 2013

sabiendo

Qué distinto
es ahora
sabiendo como sé
que lo había 
imaginado.
Que soy sólo yo 
quien te desnuda
y te penetra
con la vista
y después 
se recrea relamiéndose
-pensando-
en destrozarte
-atarte a la cama-
y arrancarte
esas dos pieles
reversibles
succionarte
desde dentro
por mi útero
y deglutirte
a través
de mis fosas
vaginales.
Abducirte
desde el centro
de la nada.
Aspirarte
desde abajo
hasta la boca
destilarte
hasta hacerme
con tu esencia
en el centro
de mi pecho.

Que un único
acto físico coital
te permute
en ingrediente
impermeable
que me quede
en las entrañas
para siempre.

Que yo pueda
absorverte sin clemencia
y esconderte
en mi plexo crepitante.

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