domingo, 10 de febrero de 2013

lo terrible

Casi fue 
una proeza 
llegar hasta 
el borde del fin 
de los tiempos, 
acercarse y mirar 
el vacío 
a los ojos. 
Luego darse
la vuelta
abocándose
al campo.
Ignorar
ese influjo
            - desoir la llamada
que te pide
que saltes
            -que te hundas
                             abajo- 

que te ruge
         ¡Que saltes!
hacia el fin
del presente.

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