Volver
a la
colmena.
A la
subyugación
de tu
decisión
sobre mi
pasión
–amortajada-.
Volver
a desafiarnos
sin
cuestionar
el por
qué no
¿Por qué
no
rendirse?
Y
escapar...
A no
reflexionar
y arrepentirse
de
vuelta:
A herir
cuando
precisamente
necesitábamos
sanar.
Volver
sin
habernos
marchado
-en
realidad-
a parte
alguna.
Volver
con las
mismas
ansias
de
evadirse.
Volver y
volver
una y
otra vez
a este
hediondo,
cenagoso
estado
en lugar
de
arriesgarnos
a zarpar
a marcharnos al fin…
Y pasar
de una
vez
a mejor
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario