Yo,
sólo cuento
con pérfida
hambre
para hoy.
Tú,
atesorando
tu cálido
pan para
mañana.
Mas no repararás
en dar la vuelta
si perezco
inevitablemente
sin sustento,
-dame de comer
de la Miga de tu pan-
y no responderías.
Y al fin, devoraré
mi hambre
-de tu ser entero-
-con las manos-con patatas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario